Si aceptamos que el éxito radica en satisfacer constantemente las necesidades de los clientes, generando diferencias con la competencia para sorprenderlos y fidelizarlos, también aceptaremos como normal el concepto de “cambio constante”.
¿Quién domina totalmente el cambio? Nadie, a excepción de los irresponsables que se auto engañan. Cambiar es querer construir un futuro que aún no es tangible, y ello comporta dudas que nos provocarán inseguridades, es decir, crisis. Lo que ocurre es que una cosa son las crisis con alternativas y a tiempo y otras las crisis sin alternativas y sin tiempo., o teniendo que recuperar el tiempo, y otra cosa las crisis sin alternativas y sin tiempo, o teniendo que recuperar el tiempo perdido. Aquí radica la diferencia: la reconversión constante en dominar los cambios, lo contrario es la Reconversión por crisis.
Nadie debe avergonzarse de querer aprender a dominar el cambio, ni tampoco de aprender de los errores. De lo único que hay que avergonzarse es de no querer cambiar, de practicar la excusa, la búsqueda de culpables, la prepotencia de no escuchar a los clientes y empleados y, en definitiva, de autoengañarse.
He vivido claras situaciones de deterioro, incluso en algún caso ya estaba actuando para salvar la empresa por expreso encargo de la alta dirección y de la propiedad, pero de pronto llega una buena ocupación o una subvención salvadora y se cortó de raíz la reconversión . Ya no hacía falta. Como si de agua milagrosa se tratase. Se me llegó a solicitar que abandonara el plan de salvación, ya estaban salvados. Lógicamente, pasadas las euforias, me volvieron a llamar. Era evidente que habían vuelto a auto engañarse. Lo triste es que el tiempo juega a favor de la crisis, no de la salvación. Evite la reconversión por crisis. Dedique tiempo a la guerra, a los costes y a la nueva tecnología.
Está la reconversión por crisis por crisis. Dedique tiempo a la guerra, los costes y a las nuevas estrategias. Los directores, jefes y mandos deben ser los motores que movilizan informando, formando e invitando a participar a todo el personal para que apliquen cuantas más ideas mejor. Si lo hace estará multiplicando la inteligencia y la voluntad de todos en la guerra a los costes y a conseguir la excelencia.